• Nombre Completo:Martin Noble
• Domicilio:Grove Street N°6
• Fecha de Nacimiento:07/02/2002.
• Edad:23 años.
• Orientación Sexual:Heterosexual.
• Lugar de nacimiento: Miraflores, Perú.
• Sexo:Masculino.
• Padres:Miguel Flores y Carmen Noble.
• Signo Zodiacal:Acuario.
• Estudios:Ninguno.
Martin Noble nació el 7 de febrero de 2002 en Miraflores, Perú, Aunque su barrio natal estaba cerca del centro turístico de Lima, él creció en la sombra de sus luces. Su infancia transcurrió en un barrio bajo, olvidado por el gobierno y marcado por la desigualdad, donde la violencia y la pobreza eran parte del paisaje cotidiano.
Hijo de Miguel Flores, un obrero con problemas de adicción, y Carmen Quispe, una madre luchadora que vendía en la calle para alimentar a sus hijos, Martin creció viendo lo peor del mundo desde muy chico. Su casa era una habitación de madera y calamina, donde el hambre y las peleas eran parte de la rutina.
Desde pequeño aprendió a sobrevivir como podía: lavando autos, vendiendo golosinas en los micros, y a veces, cayendo en pequeños robos por necesidad. La calle fue su escuela, y los pandilleros del barrio, sus referentes. A los 12 años ya conocía la ley del más fuerte. A los 15, ya no le temía a nadie.
Lo que pocos sabían era que su padre, además de cargar con sus propios demonios, era también el cabecilla de una mafia local conocida como la Flores Family, una organización criminal que operaba en los barrios más duros de Lima, involucrada en extorsión, tráfico y ajustes de cuentas. Martin no solo heredó el apellido, sino también el peso del legado familiar.
Miguel Flores había tenido varios hijos con distintas mujeres, y aunque no todos llevaban el mismo apellido, compartían un lazo marcado por la sangre, la calle y la lealtad forzada. Martin creció rodeado de medio hermanos, algunos mayores, otros menores, cada uno con su propia historia de abandono, rencor y supervivencia. Flores Family no era solo una mafia: era una familia disfuncional, unida por el miedo, la violencia y una jerarquía construida a base de traiciones y silencios.
A los 23 años, Martin Noble llegó a Estados Unidos con una maleta prestada, documentos falsificados y un pasado que pesaba más que cualquier equipaje. Había sido exiliado del Perú tras una serie de crímenes ligados a la Flores Family, la organización mafiosa liderada por su propio padre. Su nombre circulaba en los archivos de la policía y en las listas negras de otras mafias que buscaban venganza. No era un fugitivo más. Era un objetivo.
La guerra entre clanes, las traiciones internas y una masacre fallida lo dejaron con una sola salida: huir o morir. Su padre, desaparecido tras un operativo sangriento en El Agustino, no pudo protegerlo esta vez. Martin cruzó la frontera como lo había hecho toda su vida: a la mala, jugándosela, solo, sin garantías.
Se estableció en Estados Unidos, donde un conocido de su madre le consiguió un trabajo como ayudante de mecánico en MotorsClub Taller, un garaje modesto donde se arreglaban todos los autos de la cuidad. Allí, entre grasa, motores y el ruido de las llaves de tuercas, intentó comenzar de cero. También hacía changas: descargaba cajas en los mercados, lavaba autos los fines de semana, y a veces cocinaba para eventos pequeños de peruanos en la zona.
Por un tiempo, creyó que la calma era posible. Nadie lo conocía, nadie preguntaba. Aprendía inglés a medias y evitaba meterse en líos. Cambió la pistola por la llave inglesa. Pero Martin llevaba la calle tatuada en la piel y en la mirada. Y tarde o temprano, el pasado siempre encuentra la forma de tocar la puerta.